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Los orígenes: Todos los Santos es una fiesta dedicada al recuerdo de los antepasados. Tiene su origen en una vieja tradición pagana que se celebraba en toda Europa, en la que se asimilaba el fin de la cosecha y el buen tiempo con el culto a las almas de los familiares muertos.
Otras versiones, más antiguas, mencionan que la Castañada deriva, desde finales del siglo XVIII, de las antiguas comidas funerarias, en que no se servían otros manjares que legumbres y fruta seca con los panes votivos, popularmente panecillos, panellets o panellons, en la ofrenda a los difuntos en los funerales. La comida tenía un sentido simbólico de comunión con las almas de los difuntos: tostando las castañas, se rezaban las tres partes del rosario por los difuntos de las familias. Parece que la costumbre de ingerir estos alimentos, altamente energéticos, proviene del hecho que durante la noche de Todos los Santos (Tots Sants), vigilia del día de los muertos, se tocaba a muertos sin cesar hasta el amanecer; amigos y parientes ayudaban a los campaneros a realizar esta dura tarea, y todos juntos consumían estos alimentos para no desfallecer. Se suele representar con la figura de una castañera: una mujer mayor, vestida con ropa pobre de abrigo y con un pañuelo en la cabeza, delante de un puesto callejero para asar castañas que vende en la calle.
Alrededor de esta celebración, las castañas se venden en las calles por jóvenes estudiantes quienes ofrecen a los viandantes, castañas asadas envueltas en papel de periódico (papelina). Son ellos los que mantienen esta tradición en las calles, como una forma de conseguir recursos para realizar actividades o viajes de fin de curso.
Una de las costumbres de esta celebración en nuestras tierras es la de visitar los cementerios llevando flores a los difuntos y comer castañas y panellets. Actualmente, la Castañada se ha convertido en una verbena y se celebra en el ámbito familiar y, en el comunitario, en las escuelas y en entidades sociales.
Con el tiempo, sin embargo, ha cambiado mucho la relación que la sociedad tiene con la muerte y, por tanto, también se ha transformado la fiesta. Sin este cambio de mentalidad no se puede entender la rápida aceptación de otros modelos de celebración, como Halloween, que hacen de Todos los Santos una fiesta más lúdica
imágenes del acto